Hace años, la psicomotricidad era un conjunto de ejercicios que los terapeutas utilizaban para corregir alguna dificultad o discapacidad detectada. Hoy esa visión ha cambiado y es uno de los puntos claves en la educación y el desarrollo de cualquier niño, sobre todo en los primeros años de la infancia. En este artículo profundizamos en las bases de esta disciplina, hacemos hincapié en sus beneficios y os proporcionamos algunas técnicas para trabajarla en vuestras clases.

La psicomotricidad es la psicología del movimiento mediante la cual entran en contacto cuerpo, mente y emociones. Cuando un niño realiza una acción, ésta se encuentra directamente relacionada con un pensamiento y con una emoción. Al hablar de psicomotricidad infantil hacemos referencia a esas técnicas que debemos aplicar para que los niños tengan un mejor dominio sobre su propio cuerpo, a la vez que estimulan otras áreas del desarrollo como el emocional o el intelectual.

Y es que a veces no nos damos cuenta cuánto influye la movilidad de los niños en la forma de aprender. Por eso es muy importante estimular la psicomotricidad desde edades muy tempranas para que tengan un buen desarrollo físico y psicológico, y continuar este trabajo hasta los 7 años para incluso reeducar los movimientos del niño y que vayan mejorando así sus destrezas y habilidades musculares.

La psicomotricidad se divide en dos grandes ramas: la que se refiere a los grandes movimientos y a la corrección postural (psicomotricidad gruesa) y la que trabaja los movimientos más en detalle (psicomotricidad fina).

Los beneficios de la psicomotricidad infantil se vinculan a las tres grandes áreas del desarrollo:

Área motora

  • Procura al niño el aprendizaje del esquema corporal en un plano tridimensional para que tome conciencia de su propio cuerpo.
  • Favorece el control y el dominio sobre el cuerpo.
  • Ayuda a afirmar la lateralidad, la coordinación motora, el control postural, el equilibrio y el sentido del espacio.

Área cognitiva

  • Estimula la percepción de los objetos y la exploración del entorno.
  • Mejora la memoria, el aprendizaje, la concentración y la creatividad.
  • Favorece la orientación tiempo-espacial trabajando la memoria visoespacial y refuerza conceptos básicos como delante-atrás, arriba-abajo, lejos-cerca…

Área socio-afectiva

  • Facilita las habilidades sociales y estimula la expresión emocional.
  • Mejora la autoestima individual y grupal.
  • Canaliza la impulsividad y el exceso de energía del niño.
  • Ayuda a enfrentar y superar temores, sobre todo los relacionados con inseguridades sociales y con la percepción del propio cuerpo.

Por ejemplo, cuando un niño está jugando con una pelota a primera vista parece que sólo está trabajando habilidades físicas; pero su cerebro también está trabajando en unir el movimiento que hacen sus manos con el movimiento que hacen sus ojos, algo fundamental a partir de los 4 años para la lectoescritura.

Ejercicios para estimular la psicomotricidad

La planificación de las actividades es fundamental y debe hacerse ajustándose a la edad del niño. Debemos contar con un aula espaciosa y materiales adaptados: bancos, espalderas, bloques de gomaespuma, toboganes, pinturas, pizarras y otros elementos de expresión imprescindibles en el trabajo diario con los niños.

  • Actividades de estimulación motriz: Estos ejercicios buscan impactar en el desarrollo muscular y trabajar los movimientos básicos del niño como caminar, sentarse o saltar, aunque según la edad, también se trabajarán movimientos más complejos como son bailar o atarse los cordones. En un primer momento se trabajarán ejercicios simples que demanden poco esfuerzo, para ir introduciendo técnicas más complejas que requieran un esfuerzo mayor de los grupos musculares.
  • Actividades de estimulación lingüística: Son juegos orientados a desarrollar el lenguaje (verbal y no verbal) con los que estimular las habilidades comunicativas del niño. Se trabaja con la imitación, la identificación de conceptos abstractos simples y la formación de estructuras sintácticas sencillas.
  • Actividades de creatividad: Estas actividades están orientadas a estimular la creatividad y la imaginación infantil. Aquí los apoyos vendrán dados por la música, la danza, la pintura y el teatro. Estos ejercicios estimulan la libre expresión, potencian la creatividad y hacen hincapié en la sensibilidad del niño. También facilitan la expresión de conceptos e ideas de carácter abstracto.

Desde Miniland, y para mejorar el desarrollo motor, afectivo e intelectual de los peques, hemos creado una serie de juegos educativos para facilitaros la tarea de desarrollar la psicomotricidad en vuestra aula. Prueba con BigFoot para estimular la psicomotricidad gruesa de tus alumnos y con Activity Tornillos y tuercas para ejercitar la psicomotricidad fina. Ambos juegos se convertirán en herramientas fundamentales dentro de tu aula.

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