En las escuelas Montessori se utilizan muñecos para plantear una actividad del área de vida práctica que enfocada en que los niños aprendan a cuidar de su propia higiene personal: bañarse.
Como en la mayoría de propuestas Montessori del área de la vida práctica, el niño puede recopilar todos los elementos necesarios en una bandeja (muñeco, toalla, jabón, esponja, cubo), y trasladarlos al lugar en el que pueda trabajar con calma y concentración colocando una pequeña bañera a modo de juego simbólico.
Resulta una actividad muy interesante ya que implica que los niños puedan desarrollar una secuencia lógica de actividades que van desde retirar las prendas de vestir hasta realizar trasvases de agua, enjabonar, secar y vestir de nuevo, fomentando en todas ellas habilidades tan importantes como la motricidad fina y la coordinación óculo-manual.
Podemos aprovechar esta actividad para explicar a los niños cómo los adultos bañamos a un bebé, poniendo especial énfasis en como lo desvestimos de forma respetuosa, cómo lo sostenemos con cariño y por su puesto cómo cuidamos de la seguridad en el agua. ¡La colaboración es realmente importante!
Además, también podemos explicarles cómo se enjabonan y limpian cuidadosamente las distintas partes del cuerpo, para que después ellos mismos puedan hacerlo cuando se bañan e incluso cómo se cuida la piel para mantenerla hidratada gracias a través de cremas y otros bálsamos.
Del mismo modo, podemos mostrarles cómo se cambian pañales y cómo se trabaja el control de esfínteres cuando se empieza a utilizar el orinal.
A través de estas actividades estamos fomentando su autonomía al mismo tiempo que educando en valores como la corresponsabilidad.
Y como última idea, nos gustaría destacar lo interesante que puede resultar la posibilidad de utilizar los muñecos a modo de role-play para tratar los conflictos en la mesa de la Paz, un recurso fascinante de esta pedagogía, mostrando desde cómo se sientan los implicados hasta cómo se respetan los turnos de palabra encaminados a llegar a un acuerdo.
Los conflictos forman parte de la vida diaria, tanto de los niños y niñas como de los adultos, y es importante ofrecerles herramientas para saber manejarlos con respeto.
A través de esta actividad se trabajan las relaciones sociales y se le da especial importancia a la empatía (una de las habilidades más importantes de la inteligencia emocional) para lograr entender las emociones de cada uno y buscar un acuerdo para solucionar lo sucedido. Obviamente también estaremos trabajando el desarrollo del lenguaje oral, la amabilidad, el asertividad y la resolución de problemas.
Como podemos observar, a través del juego tenemos infinidad de propuestas para reflexionar sobre el futuro que queremos para nuestra sociedad y nuestros niños y niñas.
Démosle al juego la importancia que tiene y volvamos a llenar nuestras aulas de propuestas de aprendizajes vivenciales.
Es urgente, ¡no hay tiempo que perder!
Autora: Miriam Escacena
Miriam Escacena es madre de dos niños y Guía Montessori de Comunidad Infantil especializada en la etapa de la primera infancia, (0 a 3 años).
En 2013 dejó su carrera profesional como ingeniera para dedicarse por completo a trabajar por y para la infancia, convencida de que la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo.
Eterna aprendiz de todo y especialmente de sus niños y alumnos, está al frente de la web tuguiamontessori.com, a través de la cual ofrece formación presencial y online, asesorías y consultarías tanto a familias como a docentes y centros educativos.